Estados Unidos está utilizando tecnología secreta para rastrear a los migrantes en tiempo real, combinando biometría móvil e inteligencia artificial (IA). Estos sistemas, implementados sin debate público, permiten una vigilancia constante tanto en el mundo físico como en el digital. ¿Estamos presenciando el fin de la privacidad como la conocemos?
Mobile Biometrics: Identificación instantánea y sin consentimiento
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha implementado Mobile Biometrics, que permite a los agentes:
- Escanean rostro, huellas e iris con sus dispositivos móviles.
- Comparan los datos con bases federales en segundos.
- Almacenan la información hasta 75 años, sin necesidad de autorización.
«Esto elimina la privacidad y normaliza la vigilancia masiva», señalan expertos en derechos civiles.
IA y redes sociales: Vigilancia digital constante
Más allá de la identificación física, el gobierno utiliza sistemas de IA para:
- Rastrear publicaciones en redes sociales.
- Analizar patrones de comportamiento y generar alertas.
- Monitorear actividad digital 24/7, sin supervisión humana.
«La IA no solo rastrea lo que haces, sino que predice lo que podrías hacer», advierte un experto en privacidad digital.
El debate: ¿Seguridad vs. Privacidad?
- Falta de transparencia: Los migrantes no son informados sobre el uso de sus datos.
- Riesgo de perfiles erróneos: La IA puede etiquetar incorrectamente a personas como amenazas.
- Ausencia de regulación: No hay leyes claras que limiten el uso de estas tecnologías.
El gobierno argumenta que es necesario para la seguridad nacional, pero críticos señalan que se está creando un sistema de vigilancia masiva sin controles.
El futuro: ¿Más control o más resistencia?
- Integración con otras bases de datos: Se espera que estos sistemas se expandan a nivel estatal.
- Automatización de decisiones: La IA podría reemplazar a los agentes humanos en procesos migratorios.
- Resistencia legal: Organizaciones como la ACLU ya han iniciado acciones para frenar su uso.
«Estamos entrando en una era donde la privacidad es un privilegio, no un derecho», advierte un activista de derechos digitales.
Conclusión: ¿Hacia una sociedad sin privacidad?
La implementación de Mobile Biometrics y IA en el control migratorio plantea preguntas urgentes: ¿Hasta dónde debe llegar la vigilancia estatal? y ¿Cómo proteger los derechos humanos en la era digital? Mientras el gobierno insiste en la eficiencia, la sociedad civil exige transparencia y límites éticos. El debate está servido: ¿Estamos dispuestos a aceptar un mundo sin privacidad?
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