Un tribunal de Nueva York ha sentenciado a cadena perpetua a Nicholas McGee, de 48 años, por el asesinato y descuartizamiento de su compañero de apartamento, Kawsheen Gelzer, de 39 años. El crimen, cometido en marzo de 2022, pasó desapercibido durante casi dos años, hasta que en enero de 2024 la policía descubrió los restos de Gelzer dentro de un refrigerador en el apartamento que compartía con McGee y su esposa en Flatbush, Brooklyn.
McGee confesó haber matado a Gelzer durante una pelea por drogas, sexo y falta de respeto, utilizando un martillo y un cuchillo. Tras el asesinato, desmembró el cuerpo de su víctima, lo envolvió en bolsas plásticas y lo guardó en la nevera, que selló con cinta adhesiva para evitar que el olor delatara el crimen. Gelzer, quien tenía antecedentes como delincuente sexual desde 2005, proveía heroína y crack a McGee y a su esposa, Heather Stines, a cambio de favores sexuales y un lugar para dormir.
El caso tomó un giro aún más macabro cuando se supo que McGee se había tatuado una imagen que representaba una cabeza cercenada y un cuchillo, en lo que las autoridades interpretaron como una forma de conmemorar el asesinato. Stines, quien también enfrenta cargos por ocultar el cadáver, declaró que su esposo le confesó el crimen, pero que ella no estuvo involucrada en el homicidio.
El cuerpo de Gelzer no fue descubierto hasta que la policía recibió una denuncia anónima en enero de 2024. Los agentes encontraron el refrigerador sellado con cinta adhesiva y, al abrirlo, hallaron los restos desmembrados. McGee, quien había huido a Virginia tras el crimen, fue extraditado a Nueva York y declarado culpable de homicidio, robo, ocultación de cadáver y manipulación de pruebas.
El fiscal de distrito de Brooklyn, Eric Gonzalez, calificó el crimen como un «acto de violencia profundamente perturbador», resaltando la brutalidad con la que McGee trató el cuerpo de Gelzer. Este caso se enmarca en una ola de violencia doméstica y crímenes entre compañeros de vivienda en Nueva York, donde disputas por drogas, dinero o conflictos personales suelen terminar en tragedias extremas.

