Los New York Knicks siguen en racha y esta vez lo demostraron con una contundente victoria 116-94 sobre los Toronto Raptors, sumando su cuarta victoria consecutiva y dejando en claro que son un equipo con ambiciones serias esta temporada. El partido, disputado en el Madison Square Garden, fue un recital de baloncesto colectivo, donde los Knicks dominaron desde el primer minuto y nunca permitieron que los Raptors se acercaran al marcador.
El primer cuarto fue decisivo. Los Knicks salieron con una intensidad defensiva que ahogó a los Raptors, limitándolos a solo 22 puntos, mientras que su ofensiva, liderada por Jalen Brunson y Josh Hart, les permitió construir una ventaja de 19 puntos (41-22) que marcó el tono del resto del partido. «Sabíamos que teníamos que salir fuertes. Cuando logras un primer cuarto así, el partido está prácticamente decidido», comentó Brunson, quien terminó con 18 puntos y 7 asistencias, dirigiendo el ataque con precisión.
En el segundo cuarto, los Raptors intentaron reaccionar, pero los Knicks respondieron a cada embestida con canastas clave. Karl-Anthony Towns fue una fuerza imparable en la pintura, anotando 22 puntos y capturando 8 rebotes, mientras que Josh Hart tuvo una noche completa, con 20 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias, demostrando una vez más su versatilidad y valor para el equipo. «Josh es increíble. Hace de todo: anota, defiende, rebotea, asiste… Es el tipo de jugador que marca la diferencia», elogió el entrenador Tom Thibodeau, quien destacó el esfuerzo colectivo de su equipo.
Uno de los aspectos más destacados del partido fue el dominio en los rebotes. Los Knicks superaron a los Raptors 52-38 en este apartado, lo que les permitió controlar el ritmo del juego y limitar las segundas oportunidades de Toronto. Además, su defensa fue asfixiante, forzando 15 pérdidas de balón a los Raptors, que nunca lograron encontrar fluidez en su ataque.
El tercer y cuarto cuarto fueron un mero trámite. Los Knicks, con una ventaja cómoda, mantuvieron la intensidad y no permitieron que los Raptors se acercaran a menos de 15 puntos en ningún momento. Miles McBride, desde el banco, aportó energía y puntos clave, demostrando que la profundidad del roster de New York es uno de sus mayores activos. «Cuando el equipo está jugando así de bien, solo tienes que mantener la concentración y seguir haciendo lo que funciona», comentó McBride, quien ha sido una pieza clave en la rotación de Thibodeau.
Para los Raptors, el partido fue una noche de frustración. Aunque tuvieron momentos de lucidez, especialmente de Scottie Barnes y Pascal Siakam, nunca lograron encontrar un ritmo constante en su juego. Su defensa fue permeable, permitiendo que los Knicks anotaran con facilidad tanto en el juego interior como desde el perímetro, donde conectaron un 40% de sus lanzamientos de tres puntos. «No pudimos detener su transición ni su juego en media cancha. Cada vez que intentábamos defender, ellos encontraban una manera de anotar», admitió el entrenador de Toronto, quien reconoció que su equipo faltó intensidad en los momentos clave.
Con esta victoria, los Knicks consolidan su mejor racha de la temporada y demuestran que, con el equipo alineado y jugando con confianza, pueden competir contra cualquier rival en la liga. «Estamos en un buen momento, pero sabemos que esto es solo el comienzo. Tenemos que seguir trabajando y mejorando cada día», advirtió Thibodeau, quien es consciente de que el verdadero desafío será mantener este nivel de juego a lo largo de una temporada larga y exigente.
El Madison Square Garden vibró con la actuación de su equipo, y los aficionados, que han sufrido durante años viendo a los Knicks lejos de la élite, ahora ven con optimismo el futuro. Con un equipo que finalmente parece equilibrado y con profundidad, New York no solo aspira a clasificar a los playoffs, sino a luchar por el campeonato, algo que no ocurría en la ciudad desde hace más de una década.

