La presencia de Jared Kushner, yerno y asesor cercano del presidente Donald Trump, en la delegación que viajó a Moscú para reunirse con Vladímir Putin ha generado especulación y controversia. Mientras el enviado especial Steve Witkoff lidera formalmente las negociaciones sobre el plan de paz en Ucrania, la participación de Kushner sugiere que este viaje podría tener motivaciones más allá de la diplomacia tradicional, incluyendo intereses políticos y económicos que podrían beneficiar tanto a Trump como a su legado presidencial.
Kushner: De negociador inmobiliario a diplomático en la sombra
Jared Kushner, conocido por su papel como asesor senior de Trump durante su primer mandato (2017-2021) y por su participación en acuerdos como los Acuerdos de Abraham en Oriente Medio, ha sido una figura clave en las negociaciones internacionales de la administración. Sin embargo, su presencia en Moscú ha levantado preguntas sobre su verdadero rol:
- ¿Es un negociador legítimo? Kushner no tiene un cargo oficial en el Departamento de Estado, lo que genera dudas sobre su autoridad diplomática.
- ¿Representa intereses privados? Su historial en negocios inmobiliarios y su relación con inversionistas internacionales han llevado a algunos a especular que podría estar buscando acuerdos paralelos en áreas como energía, infraestructura o comercio.
- ¿Es una estrategia de Trump para legitimar un acuerdo? Su presencia podría ser una forma de dar peso político a las negociaciones, especialmente de cara a las elecciones de 2028.
«Kushner no es un diplomático tradicional. Su inclusión en esta delegación sugiere que hay algo más en juego que solo la paz en Ucrania», comentó un exfuncionario del Departamento de Estado que trabajó con él durante la administración anterior.
El plan de paz: ¿Un acuerdo realista o un movimiento político?
El plan de paz que Trump ha impulsado desde su regreso a la Casa Blanca en 2025 ha sido modificado tras las negociaciones con Ucrania en Ginebra (23 de noviembre). La versión actual, reducida a 19 puntos, incluye:
- Cese al fuego inmediato.
- Retirada parcial de tropas rusas (pero no de Crimea ni del Donbás).
- Neutralidad militar de Ucrania (no ingreso a la OTAN).
- Reconstrucción de Ucrania con fondos internacionales, pero con supervisión rusa en las regiones afectadas.
Sin embargo, críticos argumentan que el plan favorece a Rusia y debilita a Ucrania, lo que podría ser políticamente conveniente para Trump, quien ha buscado reducir el compromiso militar de EE.UU. en el extranjero.
«Trump quiere un acuerdo que pueda presentar como un éxito diplomático, incluso si eso significa hacer concesiones a Putin. Kushner podría estar allí para asegurar que el acuerdo se presente de la manera más favorable posible para la administración», explicó un analista político.
Las conexiones de Kushner con Rusia: ¿Un conflicto de intereses?
Kushner tiene un historial de relaciones controvertidas con figuras cercanas al Kremlin. Durante la administración Trump (2017-2021), se reunió con Sergei Gorkov, un banquero ruso cercano a Putin, lo que generó investigaciones sobre posibles conflictos de interés. Aunque nunca se demostró nada ilegal, su presencia en Moscú reaviva esas sospechas.
«La pregunta es: ¿Está Kushner allí como negociador o como facilitador de acuerdos que beneficien a intereses privados? Su historial no inspira mucha confianza», señaló un periodista investigativo que ha seguido su carrera.
La estrategia de Trump: Presión sobre Zelenski y concesiones a Putin
Desde su regreso al poder en 2025, Trump ha adoptado un enfoque pragmático hacia Rusia, buscando un acuerdo que ponga fin a la guerra sin un compromiso militar directo de EE.UU. Sin embargo, su estrategia ha sido criticada por debilitar a Ucrania y premiar la agresión rusa.
«Trump está dispuesto a hacer concesiones a Putin que ningún otro presidente estadounidense habría considerado. Eso podría acelerar el fin de la guerra, pero a costa de la soberanía ucraniana», comentó un exfuncionario del Departamento de Estado.
La destitución de Andréi Yermak, principal negociador ucraniano, por un escándalo de corrupción, y la pérdida de Krasnoarmeisk (Pokrovsk) a manos de las fuerzas rusas, han debilitado la posición de Zelenski, lo que Trump podría estar usando como palanca de presión.
«Zelenski está en una posición muy débil. Trump sabe que Ucrania no puede permitirse rechazar un acuerdo si quiere evitar una derrota militar total», analizó un diplomático occidental.
El papel de Witkoff: ¿Un negociador serio o un testigo?
Aunque Steve Witkoff es el enviado oficial de Trump, su perfil es más el de un empresario que el de un diplomático experimentado. Su inclusión en la delegación ha llevado a algunos a cuestionar si está realmente capacitado para liderar negociaciones de tan alto nivel.
«Witkoff es un hombre de negocios, no un diplomático. Su presencia sugiere que Trump prefiere rodearse de leales antes que de expertos en política exterior», comentó un exembajador estadounidense.
Las implicaciones para las elecciones de 2028
Un acuerdo de paz en Ucrania sería un triunfo diplomático para Trump de cara a las elecciones de 2028, especialmente si logra presentarlo como un logro que evitó una guerra prolongada. Sin embargo, si el acuerdo es percibido como demasiado favorable a Rusia, podría generar críticas tanto en EE.UU. como en Europa.
«Si Trump logra un acuerdo, lo usará como bandera en su campaña. Pero si el acuerdo es visto como una rendición de Ucrania, podría tener un efecto contrario», advirtió un estratega político.
La reacción de la OTAN y la UE: ¿Aprobación o rechazo?
La OTAN y la Unión Europea han expresado preocupación por el plan de Trump, especialmente por las concesiones territoriales que se le piden a Ucrania. «Un acuerdo que premie la agresión rusa sentaría un precedente peligroso para la seguridad europea», advirtió el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Mientras tanto, algunos países europeos, como Hungría y Turquía, han mostrado cauteloso apoyo a las negociaciones, siempre que se garantice la soberanía y seguridad de Ucrania.
Conclusión: ¿Un acuerdo realista o una maniobra política?
La reunión en Moscú podría marcar un punto de inflexión en la guerra de Ucrania, pero también plantea serias dudas sobre las motivaciones reales de Trump y Kushner. «Si este acuerdo es genuino, podría poner fin a la guerra. Pero si es solo una maniobra política, podría dejar a Ucrania en una posición aún más débil», concluyó un analista de seguridad internacional.

