El Apple Car ha pasado a mejor vida, al menos en su segunda versión. La primera era un Renault Clio.
Pocos proyectos como el Apple Car generaron en su momento tanta expectación en la historia de la compañía de Cupertino. Años de promesas inciertas culminaron con su reciente cancelación, pasando a mejor vida ante la eclosión de otros coches eléctricos liderados por tecnológicas, como Xiaomi. «Project Titan» tuvo un mérito considerable, eso sí: su capacidad para generar una enorme expectativa.
Los motivos sobraban. Hubo quien llegó a creer que el «Apple Car» sería la próxima gran disrupción de la compañía. El propio concepto superar generar interés antes incluso de sustanciarse: se comentó incluso que cuando le tocó dar sus recomendaciones sobre cómo configurarlo, Jony Ive, quien llegó a ser el máximo responsable del diseño de la compañía, aconsejó que el coche «se inclinase a la rareza», con sensores a la vista.
Lo más curioso es que lo de un «Apple Car» tampoco es un planteamiento tan rompedor. Pese a su destino final, tan fúnebre, Apple ya tuvo algunos antecedentes treinta años antes. De formas más modestas, eso sí.
¿Un Clio con espíritu Apple?
Hace más de un cuarto de siglo, cuando la compañía pasaba por horas bajas, su ex CEO Michael Spindler apostó por llevar la compañía más allá de los ordenadores y tantear nuevos horizontes. Uno de ellos, el de la automoción, una idea a priori extravagante que —sorpresas de la industria— acabó cuajando y llevándose más o menos a la práctica. ¿Con un adelanto del famoso “Apple Car” que ahora esperamos ojipláticos y podría lanzarse ya en 2026? Bueno, no exactamente.
Los de Cupertivo llegaron a un acuerdo comercial con Renault, un pacto con el que esperaban alcanzar un “win-win” de manual: Apple lograba un acuerdo comercial interesante y al fabricante galo, que ya había popularizado el eslogan “Joven aunque sobradamente preparado” —JASP o WASP, por sus siglas en inglés— con el que publicitaba su modelo Clio, se le abrían las puertas para aprovechar la imagen juvenil, moderna e innovadora que desprendía la compañía tecnológica.
El resultado no fue un “Renault Apple”, ni nada parecido. Lo que acordaron fue publicitar un “Clio Apple”, un Clio Sport que inauguraba la fase deportiva del modelo y básicamente protagonizaba una campaña promocional con la que se beneficiaba de la alianza con la firma de Cupertino.
Los anuncios de la época muestran cómo: con el coche te llevabas un Macintosh PowerBook 190 color y un teléfono móvil GSM para conectarse a Internet. “El único coche con ordenador portátil”, incidía la campaña publicitaria lanzada por Renault a mediados de los 90, que dejaba otras perlas muy en la línea de su eslogan JASP: “Cuando te canses de conducir, navega” o “Tienes un fabuloso PowerBook 190 para descubrir hasta dónde puedes llegar en el mundo de Internet”.
El coche incluía también un pequeño detalle que sellaba aquella alianza rompedora entre ambas multinacionales: una pequeña chapita con el logo de la manzana arcoíris incrustada en el lateral.
La campaña es de 1996, así que casi tres décadas después no resulta fácil encontrarse circulando por la calle o aparcado debajo de casa un Clio con el logo de la manzanita multicolor mordida. Difícil no es sin embargo sinónimo de imposible y el mundo del motor deja de vez en cuando sorpresas agradables como la que se llevó Nisus, usuario del foro especializado Foroclub.
La historia la ha revelado Applesfera. Hace unos años Nisus recibió un regalo de ensueño para cualquier aficionado a los vehículos de Renault: un viejo Clio de mediados de los 90 casi impoluto y que pertenecía a aquella peculiar y emblemática serie de vehículos que lucían el logo de Apple.
«Fue el último coche que compró el abuelo de mi esposa y, dado que su familia acaba de adquirir un Clio nuevo, he querido quedarme con él por motivos sentimentales sobre todo. Si a eso le sumamos el poco kilometraje que tiene y que nos sabía mal enviarlo a desguazar, pues nada, a casa», escribe el forero, quien detallaba que en 2019 el vehículo sumaba 61.000 kilómetros y estaba csai impecable salvo por algún desperfecto menor y roces en la chapa, incluso uno hecho a propósito con llaves.
Las fotos colgadas en el foro por Nisus son interesantes porque nos ayudan a conocer el coche por dentro y fuera, un material de primera por su buen estado de conservación. Uno de sus detalles más interesantes es que muestran cómo en el interior no parece haber ni rastro del emblemático logo multicolor de Cupertino, que sí se muestra al menos en un embellecedor exterior lateral.
El propio Nisus detalla que el coche presentaba algunos problemas con el inmovilizador o el cierre centralizado y requería varias mejoras y una revisión, con cambio de aceite, filtros y bujías, pero los propios foreros destacan el buen estado de conservación que presenta. «!Pero si está nuevo¡ Ni el volante ni los pedales tienen desgaste», destaca uno de los usuarios del foro.
Una joya para la historia del sector. Y que demuestra que, a su forma, lo del Apple Car no iba a ser tan nuevo.
Carlos Prego