NUEVA YORK (AP) — A pesar de tener dos dedos fracturados en la mano derecha, Anthony Rizzo continúa jugando mientras los Yankees de Nueva York intentan conquistar su primer título de la Serie Mundial desde 2009. La adrenalina y el manejo de la inflamación han sido claves para que el veterano primera base se mantenga en acción, a pesar de las dificultades físicas.
“La prioridad es reducir la inflamación entre los juegos”, declaró Rizzo el miércoles, poco antes de que el equipo viajara a Los Ángeles para continuar su camino hacia la Serie Mundial. “Mis dedos siguen fracturados, pero controlar la hinchazón ha sido fundamental para poder jugar”.
A sus 35 años, Rizzo está disputando su segunda Serie Mundial, pero la primera desde su heroica actuación con los Cachorros de Chicago en 2016, cuando bateó .360 y capturó el último out en el séptimo juego para poner fin a la sequía de 108 años sin título de la franquicia. En esta ocasión, busca repetir la hazaña, ahora con los Yankees, quienes no han ganado un título desde hace más de una década.
Los Yankees han tenido dificultades para regresar a la Serie Mundial en los últimos años, habiendo perdido sus cinco viajes anteriores a la Serie de Campeonato, incluyendo una barrida a manos de los Astros en 2022. Sin embargo, en esta temporada, el equipo ha logrado sobreponerse a los retos, con actuaciones destacadas de figuras como Juan Soto, quien conectó un crucial jonrón de tres carreras en la décima entrada del juego 5 contra Cleveland, y Giancarlo Stanton, quien fue nombrado el Jugador Más Valioso de la serie al conectar cuatro cuadrangulares. A pesar de sus fracturas, Rizzo ha hecho una valiosa contribución al equipo.
Durante los playoffs, Rizzo ha mantenido un impresionante promedio de bateo de .429 (6 de 14), el mejor de su carrera en una serie de postemporada, y el porcentaje más alto registrado por un jugador de los Yankees desde Alex Rodríguez en la Serie de Campeonato de 2009. Este rendimiento ha sido crucial para las aspiraciones del equipo de Nueva York de volver a levantar el trofeo de la Serie Mundial.
“Estoy tomando todo día a día”, confesó Rizzo, quien ha jugado a pesar de las molestias y con el apoyo de tratamientos continuos. La adrenalina ha sido un factor determinante para mantener su rendimiento en el campo, incluso cuando su lesión lo habría apartado en otras circunstancias.
Rizzo sufrió las fracturas en los dedos cuarto y quinto de su mano derecha el pasado 28 de septiembre, cuando fue golpeado por un lanzamiento de Ryan Borucki, de los Piratas de Pittsburgh. A pesar de la gravedad de la lesión, los Yankees optaron por no incluir a Rizzo en la lista de lesionados, permitiéndole seguir siendo parte de la alineación en la Serie de Campeonato de la Liga Americana (ALCS). Aunque recibió tratamiento médico, Rizzo continuó practicando su bateo con la ayuda de una máquina.
Inicialmente, el primera base fue colocado octavo en el orden de bateo en los primeros dos juegos de la ALCS, pero subió al sexto puesto para los juegos 4 y 5. En el cuarto juego, logró conectar dos hits, lo que reafirma su capacidad de contribuir al equipo incluso en medio de sus dificultades físicas.
“Es increíble, para ser honesto”, comentó el cátcher novato de los Yankees, Austin Wells, refiriéndose a la capacidad de Rizzo de seguir jugando a pesar de su lesión.
A lo largo de la temporada regular, Rizzo fue seleccionado tres veces al Juego de Estrellas y terminó con un promedio de bateo de .228, conectando ocho cuadrangulares y remolcando 35 carreras en 92 juegos. Sin embargo, también se perdió un total de 62 juegos tras sufrir una fractura en el antebrazo derecho en junio, cuando colisionó con el relevista de los Medias Rojas de Boston, Brennan Bernadino.
Rizzo ha demostrado una vez más su dedicación y resistencia, contribuyendo a la causa de los Yankees mientras buscan romper su propia sequía de campeonatos y recuperar la gloria en la Serie Mundial.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com