Lo que más ha captado la atención de Aaron Boone en el primer mes y fracción de Juan José Soto con los Yankees no es su promedio de bateo de .333, ni su porcentaje de embasarse de .438 (líder de la Liga Americana) y OPS de 1.023 (segundo en el circuito), ni la habilidad del dominicano para conectar el batazo oportuno o cómo acumula más bases por bolas que ponches.
Por encima de todo eso, lo que el manager de los Yankees comprende ahora es esto: No hay nada en el béisbol que se compare con presenciar un turno al bate de Soto.
«Es cuánto él batalla. Cuánta guerra. Cada lanzamiento», dijo Boone el miércoles, justo antes de que Soto se fuera de 5-3 con cinco carreras impulsadas contra los rivales Astros y conectara su noveno jonrón de la temporada. «Y luego lo teatral que es. Quiero decir, es un espectáculo».
Soto, quien agregó dos boletos más en la victoria de Nueva York sobre Houston el jueves, ha estado elaborando turnos al bate como éstos durante toda su carrera. Así llevó a los Nacionales a un título de Serie Mundial sobre los Astros en el 2019.
Pero una cosa es saber cómo Soto afronta el arte de batear y verlo desde lejos. Otra es estar en primera fila para el Show de Soto desde el dugout de los Yankees todas las noches.
«Obviamente, está su calidad y lo disciplinado que es en su oficio», dijo Boone. «Pero también es la naturaleza implacable de sus turnos al bate. He escuchado toda mi vida [sobre diferentes jugadores] a lo largo de los años, ‘Este muchacho nunca regala un turno al bate.’ Juan encarna eso. No regala un lanzamiento. Es cada pitcheo. Casi aguantas la respiración un poco».
En el Yankee Stadium, el efecto se magnifica. Cada «Soto Shuffle» después de un lanzamiento cercano, cada swing afinado que puede mandar un lineazo a cualquier parte del terreno, cautiva a la audiencia del Bronx.
«Se siente la energía en la concurrencia», dijo Boone, antes de proceder a recrear cómo los fanáticos de los Yankees siguen cada turno al bate de Soto de principio a fin, escuchando y admirando mientras se preguntan cómo se desarrollará. «Literalmente cada lanzamiento, es teatro. Ha sido divertido presenciarlo».
Soto tiene apenas 25 años, pero hasta ahora tiene una duradera y muy merecida reputación como uno de los bateadores más difíciles de sacar de out en el béisbol, si no el más difícil. La manera en que compite cada vez que entra en la caja de bateo inspira a los Yankees… e idealmente, siembra temor en el equipo contrario.
«Simplemente hay una intensidad en eso», dijo Boone. «Y creo que destaca la importancia de cada lanzamiento. No sólo en sus turnos al bate, sino en todos. Estás como, ‘Hombre, queremos tener ese tipo de intensidad y naturaleza enfocada en cada pitcheo’. Y quieres que tu oponente también lo sienta».
Boone dijo que el deseo de los Yankees de abordar sus turnos al bate como lo hace Soto precede la llegada del quisqueyano al Bronx. Pero ¿cómo podría no influir tener al propio Soto en la parte gruesa del orden ofensivo del equipo?
«Creo que, antes de que Juan llegara, eso es lo que siempre hemos querido ser como ofensiva», dijo Boone. «Él definitivamente encarna eso. Y creo que ha habido al menos una mejora sutil debido a su presencia».
Entre más puedas inspirar a tu alineación a ser como Soto, mejor.
«Quiero decir, te encantaría que todos fueran como Juan Soto, enseñar eso y embotellarlo», dijo Boone con una risa, probablemente dándose cuenta de que nunca podría haber nueve versiones de Juan Soto.
Pero Nueva York seguirá disfrutando de lo que el único y verdadero Juan Soto aporta a este equipo de los Yankees.
«Si estás presente, es un espectáculo. Es como, ‘Hombre, esto no se puede perder'», dijo Boone. «Creo que es genial cuando tienes diferentes personalidades que aportan cierta energía, emoción, espectáculo. Creo que eso es bueno para el deporte».
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