El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado que no tiene intención de deportar al príncipe Harry, duque de Sussex, a pesar de las revelaciones sobre el consumo de drogas en su autobiografía «Spare». En una entrevista exclusiva con The New York Post, Trump afirmó: «No quiero hacer eso. Lo dejaré en paz. Ya tiene suficientes problemas con su esposa. Ella es terrible».
El príncipe Harry, hijo menor del rey Carlos III y esposo de Meghan Markle, reside actualmente en Montecito, California. En su autobiografía, Harry admitió haber consumido marihuana, cocaína y hongos alucinógenos. Esta revelación llevó a la Fundación Heritage a demandar al Departamento de Seguridad Nacional para que haga públicos los registros migratorios del príncipe, argumentando que su solicitud de visa debió haber sido rechazada si ocultó información sobre su historial de consumo de drogas.
En marzo de 2024, antes de las elecciones presidenciales que lo llevaron de nuevo a la Casa Blanca, Trump había declarado que Harry no debía recibir un «trato preferencial» y que, si mintió, se debían tomar las «acciones apropiadas». Sin embargo, ahora parece haber dejado el tema de lado, enfocándose en criticar a Meghan Markle y elogiando al príncipe Guillermo, a quien calificó como «un gran joven» tras coincidir con él en la ceremonia de reapertura de la catedral de Notre-Dame en París.
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