
El oro ha alcanzado un nuevo máximo histórico al superar los $3,000 por onza, un aumento del 13% desde principios de año. Este incremento se debe a la creciente incertidumbre económica y política, que ha llevado a los inversores a buscar refugio en activos seguros. La política arancelaria de Estados Unidos, impulsada por el presidente Donald Trump, ha sido un factor clave en esta tendencia.
Londres sigue siendo el centro más influyente para el comercio del oro, con la London Bullion Market Association estableciendo el precio mundial desde 1919. Otros mercados importantes incluyen China, India, Oriente Medio y Estados Unidos. Los analistas predicen que la demanda de oro continuará siendo fuerte mientras persistan las preocupaciones sobre la estabilidad económica global.