Para empezar tu jornada con la dirección divina, descubre cuáles son los pasajes bíblicos para este lunes.
Para que los creyentes tengan al alcance de la mano la palabra de Dios, el Vaticano compartió este lunes 15 de julio del 2024 en su página web oficial algunos versículos de la Biblia con la reflexión del jefe de la Iglesia Católica, el papa Francisco.
El santo pontífice Jorge Mario Bergoglio realiza dicha lectura bíblica de forma diaria para que también sea compartida en las misas que se celebran durante todos los días de la semana.
Los versículos bíblicos para este lunes 15 de julio
Aunque la Sagrada Escritura tenga una antigüedad considerable, el mensaje de Dios siempre ofrece apoyo y orientación para nuestro día a día. Por tanto, es fundamental recordar los siguientes pasajes de Isaías:
Oigan la palabra del Señor, príncipes de Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: «¿Qué me importan a mí todos sus sacrificios?», dice el Señor. Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de becerros; ya no quiero sangre de toros, corderos y cabritos.
¿Quién les ha pedido que me ofrezcan todo eso cuando vienen al templo para visitarme? Dejen ya de pisotear mis atrios y no me traigan dones vacíos ni incienso abominable. Ya no aguanto sus novilunios y sábados ni sus asambleas.
Sus solemnidades y fiestas las detesto; se me han vuelto una carga insoportable. Cuando extienden sus manos para orar, cierro los ojos; aunque multipliquen sus plegarias, no los escucharé. Sus manos están llenas de sangre. Lávense y purifíquense; aparten de mí sus malas acciones. Dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, auxilien al oprimido, defiendan los derechos del huérfano y la causa de la viuda».
Los versículos de la Biblia para este lunes 15 de julio
Lectura del santo evangelio según san Mateo
Mt 10, 34-11, 1
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: «No piensen que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra. He venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y los enemigos de cada uno serán los de su propia familia.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mí, la salvará.
Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado.
El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.
Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa».
Cuando acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, Jesús partió de ahí para enseñar y predicar en otras ciudades.
La palabra del papa Francisco para el lunes 15 de julio
El papa Francisco interpreta que Jesús enseña a sus discípulos que aquellos que los reciben a ellos, los reciben a él y aquellos que lo reciben a él, reciben a Dios. Esto significa que es importante que los discípulos muestren que Jesús es el centro de sus vidas y que lo siguen con humildad, a pesar de sus limitaciones y errores. El papa destaca la importancia de la acogida del pueblo fiel de Dios hacia los sacerdotes. Esta acogida afectuosa y generosa ayuda a los sacerdotes a ser buenos en su labor.
«No importa si luego, como toda persona humana, tiene sus límites y también sus errores -con tal de que tenga la humildad de reconocerlos-; lo importante es que no tenga el corazón doble -y esto es peligroso», afirma.
Además, existe una reciprocidad en la misión, ya que, si los sacerdotes dejan todo por Jesús, la gente reconoce en ellos al Señor y, a su vez, los ayuda a convertirse cada día más a Él y a superar las tentaciones. El papa enfatiza que cuanto más cerca esté un sacerdote del pueblo de Dios, más se sentirá cercano a Jesús y viceversa. Esta cercanía mutua entre el sacerdote y el pueblo de Dios fortalece su relación con Jesús y les permite vivir su misión de manera más plena.
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