Un empleado de un taller mecánico en el vecindario de Gravesend, Brooklyn, fue apuñalado 16 veces por un agresor que ingresó al establecimiento y lo atacó sin piedad. El incidente, que ocurrió en la mañana del viernes, dejó a la víctima en estado crítico, con un pulmón colapsado y múltiples heridas graves. El agresor, tras cometer el crimen, se atrincheró en el taller, lo que obligó a los bomberos a intervenir para rescatar al trabajador.
Según testigos, el agresor pronunció la frase «voy a quebrar» antes de atacar al empleado, lo que sugiere que el motivo del ataque podría estar relacionado con un conflicto económico o personal. El sospechoso fue detenido por la policía, aunque aún no se han presentado cargos formales en su contra. Las autoridades continúan investigando para determinar si el agresor tenía algún vínculo previo con la víctima o con el taller.
El taller mecánico, ubicado en una zona con presencia policial constante, se convirtió en el escenario de un crimen que ha generado indignación en la comunidad. Vecinos y comerciantes del área han expresado su preocupación por la seguridad y han pedido a las autoridades que tomen medidas para evitar que incidentes como este se repitan. La policía de Nueva York ha asegurado que aumentará la vigilancia en la zona para proteger a los trabajadores y clientes de los negocios locales.
Mientras la víctima lucha por su vida en el hospital, las autoridades trabajan para esclarecer los hechos y determinar si el ataque fue premeditado o si respondió a un conflicto espontáneo. Hasta ahora, no se ha confirmado si el agresor era un cliente del taller o si tenía algún vínculo previo con el empleado. Lo que sí es claro es que el ataque dejó al trabajador en una condición crítica, con lesiones que podrían tener consecuencias permanentes.
Este incidente se suma a una serie de actos violentos que han sacudido a Brooklyn en los últimos meses. Las autoridades locales han prometido reforzar las medidas de seguridad para prevenir futuros ataques y garantizar la protección de los residentes y trabajadores de la zona. La comunidad, por su parte, espera que se haga justicia y que el agresor enfrente las consecuencias legales de sus acciones.

