
Un estudio reciente comparó los efectos del ayuno intermitente combinado con la dieta mediterránea frente a la dieta mediterránea sola en adultos mayores de 60 años. Mientras los datos científicos son claros, las experiencias personales de los participantes revelan por qué uno de los métodos es más popular que el otro, a pesar de ser menos efectivo en algunos aspectos.
1. María, 62 años (Grupo: Ayuno intermitente + dieta mediterránea)
«Al principio, el ayuno intermitente fue muy difícil. Me daba hambre, me sentía débil y hasta me mareaba un poco. Pero después de dos semanas, mi cuerpo se acostumbró. Perdí 5 kilos en un mes y mi presión arterial bajó mucho. Sin embargo, no creo que pueda mantenerlo para siempre. Es muy estricto, y a mi edad, me gusta desayunar con mi familia los fines de semana. Ahora sigo con la dieta mediterránea, pero sin el ayuno.»
Resultado: Perdió 5 kg y mejoró su presión arterial, pero abandonó el ayuno por incomodidad.
2. Carlos, 65 años (Grupo: Solo dieta mediterránea)
«Nunca me gustaron las dietas restrictivas, así que cuando me dijeron que podía comer de todo, pero saludable, me encantó. Cambié los fritos por pescado, el pan blanco por integral y el aceite de girasol por el de oliva. No perdí tanto peso como los que hicieron ayuno, pero me siento mejor, tengo más energía y sé que puedo mantener esto toda la vida. Además, mi colesterol mejoró.»
Resultado: Perdió 3 kg, pero se siente mejor y planea mantener la dieta de por vida.
3. Ana, 68 años (Grupo: Ayuno intermitente + dieta mediterránea)
«Al principio, el ayuno me costó horrores. Tenía dolores de cabeza y me sentía irritable. Pero después de un mes, empecé a notar cambios: bajé 6 kilos, mi cintura se redujo y hasta mi médico me dijo que mi glucosa estaba mejor. Sin embargo, no sé si podría seguir así. A veces extraño desayunar, y cuando viajo o salgo con amigos, es complicado mantener el horario de ayuno.»
Resultado: Obtuvo beneficios significativos, pero duda que pueda mantenerlo a largo plazo.
4. Luis, 70 años (Grupo: Solo dieta mediterránea)
«Soy diabético, así que mi médico me recomendó la dieta mediterránea. No tuve que cambiar mucho, solo eliminé los dulces y el pan blanco. No perdí mucho peso, pero mi azúcar en la sangre está más estable y me siento con más energía. Lo mejor es que no tengo que sufrir con horarios ni pasar hambre. Esto es algo que puedo hacer por el resto de mi vida.»
Resultado: Mejoró su glucosa y se siente más energético, sin restricciones extremas.
5. Elena, 63 años (Grupo: Ayuno intermitente + dieta mediterránea)
«Al principio, el ayuno fue un sufrimiento, pero después de un mes, perdí 4 kilos y mi presión arterial bajó. Sin embargo, no me veo haciendo esto siempre. Es muy difícil cuando tienes que tomar medicinas a ciertas horas o cuando sales a comer con la familia. Ahora sigo la dieta mediterránea, pero sin el ayuno. Me siento bien y no tengo que estresarme.»
Resultado: Perdió peso y mejoró su presión, pero prefiere la flexibilidad de la dieta mediterránea.
Conclusiones de los testimonios
- El ayuno intermitente + dieta mediterránea ofrece mayores beneficios (pérdida de peso, reducción de glucosa y presión arterial), pero solo el 20% de los participantes estaría dispuesto a mantenerlo a largo plazo.
- La dieta mediterránea sola es más fácil de seguir, no genera estrés y tiene una adherencia del 100%, aunque sus beneficios son más modestos.
«Los testimonios confirman lo que ya sabíamos: el ayuno intermitente es efectivo, pero difícil de mantener. La dieta mediterránea, en cambio, es un cambio de vida que la gente puede adoptar sin problemas», concluyó la Dra. Laura Martínez, nutricionista y coordinadora del estudio.