
En un escenario donde la política y la economía suelen chocar, esta semana los mercados financieros de Estados Unidos demostraron que pueden prosperar incluso en medio del caos. A pesar de que el Gobierno federal lleva tres días paralizado por el shutdown, el Dow Jones y el S&P 500 alcanzaron nuevos récords históricos, mientras que el Nasdaq retrocedió, arrastrado por el mal desempeño de las tecnológicas. Pero, ¿qué está impulsando este optimismo en medio de la incertidumbre política?
El S&P 500 cerró en 6.715,82 puntos, con un aumento casi simbólico de 0,01%, pero suficiente para marcar un nuevo hito. El Dow Jones, por su parte, subió 242 puntos (0,52%), alcanzando los 46.761,72 puntos, su nivel más alto en la historia. Sin embargo, el Nasdaq Composite cayó 0,28%, afectado por el mal desempeño de Applied Materials —que anunció un impacto de $600 millones en sus ingresos para 2026— y Tesla, que continúa en una racha negativa. Aun así, el sector eléctrico del S&P 500 logró avances, mostrando que no todo en el ámbito tecnológico fue negativo.
La Fed y el empleo: Las claves del optimismo
El verdadero motor de este rally no fue la política, sino la creciente convicción de que la Reserva Federal (Fed) recortará las tasas de interés pronto. Los datos del Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM) publicados el viernes mostraron una cuarta contracción consecutiva en el empleo del sector servicios, lo que reforzó la idea de que la economía está perdiendo fuerza. «La probabilidad de un recorte de tasas de la Fed ha aumentado desde que comenzó el cierre del Gobierno», declaró Mona Mahajan, estratega de Edward Jones, a Reuters. «Los datos de empleo más débiles y el informe del ISM alimentan la expectativa de que la Fed mantenga la tendencia a la baja en los tipos de interés», añadió.
Anthony Saglimbene, estratega de Ameriprise Financial, advirtió que, aunque los cierres del Gobierno no suelen tener un impacto grave en los mercados, una paralización prolongada podría generar incertidumbre. «Si se retrasan datos económicos clave, como el informe de empleo, podría afectar las decisiones de la Fed», explicó. Sin embargo, por ahora, los inversores parecen más enfocados en las señales de flexibilización monetaria que en los riesgos políticos.
Europa no se queda atrás: El STOXX 600 en máximos históricos
Mientras Wall Street celebraba sus ganancias, los mercados europeos también vivieron una semana de récords. El STOXX 600 cerró en máximo histórico por tercera sesión consecutiva, con un avance del 0,5% en el día y un 2,8% en la semana. El sector sanitario lideró las ganancias, con AstraZeneca (+1,6%) y Novo Nordisk (+2,1%) a la cabeza, mientras que los bancos, como Raiffeisen (+7,4%), se beneficiaron de noticias sobre el posible levantamiento de sanciones a activos vinculados al oligarca ruso Oleg Deripaska.
Los analistas de UBS Global Wealth Management destacaron que, aunque el acuerdo con Pfizer no ofrece claridad sobre aranceles, la confianza a corto plazo y los fundamentales sólidos siguen respaldando un panorama positivo. «La mejora en la confianza del consumidor y la solidez de los motores de crecimiento a largo plazo están alimentando este rally», señalaron.
¿Qué viene? Los ojos puestos en la Fed y el cierre del Gobierno
A pesar del optimismo, persisten riesgos latentes. El cierre del Gobierno podría afectar la publicación de datos clave, como el informe de empleo de septiembre, cuya difusión ya se ha retrasado. Si la paralización se extiende, los inversores podrían empezar a cuestionar la resiliencia económica, especialmente si la falta de datos dificulta la toma de decisiones de la Fed.
No obstante, el consenso es claro: la Fed está más cerca de recortar tasas. «Los datos del ISM y la debilidad en el empleo sugieren que la economía está enfriándose, lo que justificaría un recorte en diciembre o principios de 2026», afirmó un analista de JPMorgan Chase. Mientras tanto, los mercados siguen celebrando, con el STOXX 600 acercándose al rendimiento del S&P 500 (que acumula un 14,7% de ganancia en 2025), en un año donde la resiliencia económica y las expectativas de flexibilización monetaria han sido los grandes protagonistas.