Líbano en Shock Tras la Explosión de Beepers: Un Suceso Sin Precedentes
Líbano se encuentra sumido en la consternación luego del insólito y trágico suceso ocurrido el pasado martes, cuando cientos de beepers, esos antiguos dispositivos de comunicación, estallaron de manera simultánea en diversas localidades del país. Este evento inédito ha dejado una profunda huella en la sociedad libanesa, no solo por el impacto inmediato, sino también por las preguntas que suscita sobre la seguridad y la estabilidad en la región.
Según el Ministerio de Salud libanés, los estallidos de los beepers, que son utilizados principalmente por miembros de Hezbolá para mantener la comunicación, han resultado en la muerte de al menos doce personas, entre ellas dos niños, y más de 2,800 heridos, muchos de los cuales se encuentran en estado grave. Este incidente no solo ha afectado a Líbano, sino que también ha tenido repercusiones en la vecina Siria, donde 14 personas resultaron heridas a causa de explosiones similares de estos dispositivos, de acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La naturaleza del ataque ha dejado perplejos a expertos y autoridades, ya que parece haber sido altamente sofisticado. Tanto Hezbolá como el gobierno libanés han apuntado sus acusaciones hacia Israel, sugiriendo que el Estado hebreo es el responsable de esta serie de explosiones. Sin embargo, hasta el momento, no ha habido respuesta oficial por parte de las autoridades israelíes, lo que ha generado un clima de incertidumbre y tensión en la región.
Frente a esta situación, las autoridades libanesas han hecho un llamado a la ciudadanía, instando especialmente al personal médico a abstenerse de utilizar estos dispositivos que, a pesar de ser casi obsoletos en muchas partes del mundo, siguen siendo empleados en el Líbano por diversas razones.
Una Mirada a los Beepers: Tecnología Obsoleta pero Persistente
Pero, ¿qué son exactamente los beepers? Estos pequeños dispositivos inalámbricos, conocidos también como buscapersonas o pagers, eran ampliamente utilizados para el envío y recepción de mensajes de texto cortos antes de que los teléfonos celulares se popularizaran. Su historia se remonta a 1949, cuando el ingeniero Alfred J. Gross patentó el primer modelo, conocido como buscapersonas, que sentó las bases para la comunicación portátil moderna.
El funcionamiento de estos dispositivos se basa en la transmisión de señales de radio a través de redes inalámbricas, lo que los hizo muy populares entre médicos, empresarios y miembros de cuerpos de seguridad en muchos países, especialmente entre las décadas de 1980 y principios del siglo XXI.
Existen diversos tipos de beepers, siendo los más comunes los receptores, que permiten recibir mensajes de remitentes específicos sin poder responder, y los de doble vía, que, además de recibir, permiten enviar mensajes, aunque con capacidades limitadas en comparación con los teléfonos inteligentes actuales. Estos aparatos eran especialmente útiles en situaciones de emergencia, cuando la comunicación rápida era crucial.
La Decadencia de una Tecnología Anticuada
Con la llegada de los teléfonos inteligentes, el uso de beepers ha disminuido drásticamente. Sin embargo, aún existen razones por las cuales estos dispositivos continúan en uso. Una de las principales ventajas de los beepers es su capacidad para operar en frecuencias altas (FM) y en redes diferentes a las telefónicas, lo que les permite enviar mensajes a distancias más largas. Además, su batería de larga duración los hace ideales para ser utilizados en áreas remotas, donde las interrupciones eléctricas son frecuentes.
La falta de capacidad para ser rastreados por GPS u otros medios es otra razón que explica su uso, especialmente en contextos donde la privacidad y la seguridad son primordiales. De hecho, organizaciones como Hezbolá han adoptado los beepers como una forma de comunicarse entre sus miembros, especialmente después de haber dejado de utilizar teléfonos celulares, considerados vulnerables a la interceptación por parte de los servicios de inteligencia israelíes.
Un Cambio de Paradigma en la Comunicación de Hezbolá
El temor a la vigilancia israelí ha llevado a Hezbolá a cambiar su enfoque sobre las comunicaciones. Un evento clave que marcó este cambio fue el asesinato en 1996 del fabricante de bombas de Hamás, Yahya Ayyash, quien murió cuando su teléfono estalló en su mano. Desde entonces, la organización ha sido cautelosa con respecto a la tecnología que emplea para comunicarse.
Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, ha advertido públicamente sobre los peligros de los teléfonos celulares, describiéndolos como “agentes mortales” que proporcionan información precisa a las autoridades. Esta atmósfera de desconfianza hacia la tecnología moderna ha llevado a un resurgimiento en el uso de beepers, aunque ahora enfrentan un nuevo desafío tras la reciente explosión.
Un miembro de Hezbolá admitió que el uso de buscapersonas es algo relativamente nuevo para el grupo, lo que añade una capa de complejidad a la situación actual. Además, se ha informado que aproximadamente 5,000 beepers fueron introducidos en Líbano hace cinco meses, lo que sugiere un esfuerzo concertado por parte de la organización para fortalecer sus capacidades de comunicación.
El Dispositivo en Cuestión: Rugged Pager AR-924
Los fragmentos de los dispositivos que estallaron apuntan al Rugged Pager AR-924, fabricado por la empresa taiwanesa Gold Apollo. Esta compañía se ha apresurado a negar cualquier implicación en los sucesos, subrayando que el dispositivo es “resistente” y capaz de enviar y recibir mensajes de texto de hasta 100 caracteres, con una duración de batería de hasta 85 días. Esto lo convierte en una opción atractiva en un país como Líbano, donde las interrupciones en el servicio eléctrico son comunes.
El fundador de Gold Apollo, Hsu Ching-Kuang, ha declarado que la empresa firmó un acuerdo con una empresa europea para producir estos dispositivos, aunque la investigación policial local sobre la compañía indica que el caso ha generado preocupaciones de seguridad significativas.
Implicaciones de Seguridad y Reacciones
Emily Harding, ex analista de la CIA, ha declarado que el incidente representa una violación embarazosa de la seguridad para Hezbolá. “Una violación de esta magnitud no solo es físicamente dañina, sino que también les hará cuestionar todo su aparato de seguridad”, afirmó, sugiriendo que la organización podría llevar a cabo una investigación interna intensiva.
El asesor de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Amer Al-Tabash, ha indicado que las lesiones sufridas por las víctimas se produjeron a la altura de la cintura, lo que sugiere que la explosión estuvo relacionada con el uso de los beepers. Al-Tabash también planteó la posibilidad de que Israel haya penetrado la longitud de onda utilizada por Hezbolá, provocando que las baterías se sobrecargaran y estallaran.
Yossi Melman, coautor de “Espías contra el Holocausto”, ha atribuido la responsabilidad del ataque al Mossad, sugiriendo que “alguien colocó pequeños explosivos o malware dentro de los dispositivos”. Esto resalta el temor continuo que Hezbolá siente hacia la inteligencia israelí y su vigilancia.
Reflexiones Finales: Un Llamado a la Precaución
En medio de esta crisis, el mayor general Mohamed Nour, experto en seguridad, ha calificado el evento como una “operación de inteligencia”, advirtiendo que los dispositivos inalámbricos no son seguros. A lo largo de su carrera, ha recomendado el uso de teléfonos fijos para la comunicación sobre incidentes críticos, destacando la vulnerabilidad de los dispositivos inalámbricos.
En conclusión, lo ocurrido con los beepers en Líbano no solo ha dejado una estela de dolor y confusión, sino que también plantea serias preguntas sobre la seguridad de las comunicaciones en un contexto tan volátil como el del Medio Oriente. Las autoridades libanesas y Hezbolá deberán reevaluar sus estrategias de comunicación en un entorno donde la tecnología puede ser tanto una herramienta de salvación como un arma de doble filo. La advertencia de Amer Al-Tabash resuena con fuerza: “No hay canales seguros de comunicación”.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com