Uber y Cruise, la empresa de vehículos autónomos propiedad del gigante automotriz General Motors (GM), firmaron un acuerdo para ofrecer viajes autónomos a los usuarios de la aplicación a partir del próximo año.
La colaboración surge en un momento en el que Cruise trabaja para reanudar su servicio de robotaxi, que se encuentra suspendido tras un incidente en octubre de 2023, en el que un vehículo autónomo arrastró por 20 metros a una mujer en San Francisco, después de que la atropelló un coche conducido por un humano.
Los vehículos autónomos de Cruise fueron sujetos a investigaciones federales y estatales tras el accidente, lo que ocasionó una salida de figuras clave dentro de la empresa, incluyendo al CEO y cofundador, Kyle Vogt, y resultó en una serie de despidos.
Un acuerdo que genera entusiasmo en Uber y Cruise
A pesar de estas dificultades, ambas compañías sostienen que la tecnología autónoma puede ser implementada de manera segura. Tanto el director ejecutivo de Cruise, Marc Whitten, como el director ejecutivo de Uber, Dara Khosrowshahi, elogiaron la asociación en un comunicado de prensa y enfatizaron que las compañías creen que los vehículos autónomos se pueden implementar de manera segura.
«Cruise tiene la misión de aprovechar la tecnología sin conductor para crear calles más seguras y redefinir la vida urbana», dijo Whitten en el comunicado. «Estamos entusiasmados de asociarnos con Uber para llevar los beneficios de una conducción autónoma, segura y confiable a aún más personas, abriendo una nueva era de movilidad urbana», sostuvo.
Khosrowshahi dijo en el comunicado que Uber está «encantado de asociarse con Cruise y esperamos su lanzamiento el próximo año».
Uber ya intentó apostar por la conducción autónoma
La historia de los esfuerzos de Uber por la conducción autónoma se remonta a 2016 cuando intentó desarrollar su propia tecnología en colaboración con Volvo. Sin embargo, Uber abandonó el proyecto tras un accidente fatal en 2018, que resultó en la muerte de Elaine Herzberg en Tempe, Arizona.
La conductora de seguridad de Uber presente durante el incidente, Rafaela Vásquez, fue responsabilizada legalmente. Desde entonces, Uber optó por alianzas con otros desarrolladores de vehículos autónomos, como Waymo, de Google, en lugar de seguir su propio enfoque de tecnología autónoma.
En la conferencia más reciente sobre resultados de Uber, analistas cuestionaron cómo la aparición de los robotaxis podía afectar su negocio a largo plazo.
Por su parte, Waymo ya está concretando su presencia en el mercado de los robotaxis, con unos 100.000 viajes pagados por semana en ciudades como San Francisco, Phoenix y Los Ángeles. Además, la compañía planea expandirse a Austin, Texas.
General Motors también apostó por la conducción autónoma
La reciente asociación con Cruise no constituye la primera incursión de General Motors en el campo de los servicios de transporte compartido autónomos.
GM invirtió 500 millones de dólares en Lyft en 2016 con la intención de desarrollar una flota autónoma, aunque finalmente decidió lanzar sus propios vehículos a través de Cruise.
Actualmente, Cruise sigue realizando pruebas supervisadas con un conductor de seguridad en ciudades como Phoenix, Dallas y Houston.
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