Un camino por la Semana Santa a través del Evangelio.
«Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó entre los muertos». Este es un trozo del Credo de los Apóstoles, una de las oraciones más importantes del cristianismo, la que reafirma la fe.
La Semana Santa es la época del año en la que los cristianos conmemoran la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, el centro de su creencia. Lo importante de esta semana es que se recuerdan los últimos días de Cristo y cada día tiene un significado. Es, también, el cierre del periodo de la Cuaresma, que inicia con el Miércoles de Ceniza.
La Semana Santa, un camino que inicia el Domingo de Ramos
La Semana Santa inició el Domingo de Ramos, el pasado 24 de marzo. Según el Evangelio, Jesús descendió del Monte de los Olivos hacia Jerusalén. No lo hizo en un caballo y una carroza, como lo hacían los reyes. Entró a Jerusalén en un burrito. Esto decía el arzobispo Francisco Ozoria el pasado domingo: «Él, siendo rey, quiso entrar en un burrito. Lo normal sería que un rey fuera con un caballo, pero él entró en un burrito: la humildad encarnada».
Se dice que las multitudes pusieron sus ropas en el suelo para darle la bienvenida y entró triunfalmente a Jerusalén.
Lunes Santo: «Al César lo que es del César»
Se conoce también como el «Lunes de Autoridad». Después de haber pasado la noche en casa de Lázaro, Jesús vuelve a Jerusalén en dirección al templo. Allí lo encuentra convertido en un mercado, lleno de comerciantes dispuestos a hacer negocios entre ellos. Así lo narra el Evangelio: «Mi casa, casa de oración será llamada; pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones».
De ese pasaje del Evangelio sale la famosa frase de Jesús: «»Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
Martes Santo: Judas
Este día también tiene importancia. Jesús anunció su futura muerte a sus discípulos. También les anticipó la traición de Judas. Por aquel entonces, los discípulos no imaginaban lo que iba a pasar y no sabían cómo interpretar las palabras de Jesús. También es conocido como el «martes de la controversia».
«En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará. Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba».
Miércoles Santo: La conspiración
En este día, se recuerda la conspiración de Judas Iscariote contra Jesús. Así lo relata el Evangelio: «Entró Satanás en Judas, que era del número de los 12, y fue a tratar con los príncipes de los sacerdotes y los oficiales sobre la manera de entregárselo. Ellos se alegraron y convinieron con él en darle dinero».
Judas conspiró con el Sanedrín (el consejo supremo de los judíos, que se ocupaba de asuntos de Estado y de religión) para traicionarlo por 30 monedas de plata.
Jueves Santo: La Última Cena
Es un día muy importante. La Iglesia católica conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena y el Lavatorio de los Pies.
Como narra el Evangelio, Jesús limpió los pies de sus discípulos en la Última Cena. San Pedro, uno de los discípulos con más carácter, no quiso que Jesús le lavara los pies. «Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavo, no tendrás parte conmigo. Le dijo Simón Pedro: Señor, no solo mis pies, sino también las manos y la cabeza».
La Última Cena es la comida final que Jesús compartió con sus discípulos antes de la pasión y crucifixión. Además, significa la base de la Eucaristía, el sacramento fundamental del cristianismo que consiste en consagrar el pan y el vino.
Es un día que era festivo es muchos países cristianos, pero ha perdido lustre.
Viernes Santo: La pasión y muerte
En este día se recuerda el apresamiento de Jesús, los interrogatorios de Caifás y Poncio Pilato, la flagelación, la coronación de espinas, el Vía Crucis, la crucifixión y sepultura de Jesús.
Jesús fue acusado de «blasfemo» por considerarse el mesías y decir que era el hijo de Dios. Esto provocó que le llevaran a la autoridad romana. Poncio Pilato, gobernador romano, preguntó al pueblo si querían liberar a Jesús o a Barrabás, un asesino encarcelado. El pueblo decidió liberar a Barrabás, que la historia lo ha identificado como un agitador independentista.
«¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al rey de los judíos? Ellos volvieron a gritar diciendo: «¡A ése, no; a Barrabás!».
Jesús sufrió entonces la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Luego fue enterrado. La iglesia del Santo Sepulcro, un santuario cristiano situado en Jerusalén, es el lugar donde se cree que Jesús fue sepultado y donde luego resucitó.
Sábado Santo: Día de luto
Es el día anterior a la Pascua y cierra el Triduo Pascual. En algunos lugares, los fieles consideran este día como una jornada de luto, pues se recuerda que Jesús está muerto. Por esto, no escuchan música a volúmenes altos, viven un día de respeto y optan por estar en calma.
En esta jornada se recuerda especialmente a la Virgen María, quien padeció la muerte de su hijo. Además, es un día de esperanza por la promesa que hizo Jesús: «Al tercer día resucitaré de entre los muertos».
Domingo de Pascua: La Resurrección
Es la fiesta central del cristianismo y conmemora la Resurrección de Jesús. Después de haber sido condenado a muerte y crucificado, Cristo resucitó. Esta fecha es esencial en el cristianismo, porque la resurrección significa algo muy grande, una piedra angular de la fe cristiana. La resurrección libera de la esclavitud y del pecado, y abre el camino a la vida eterna. Abre las puertas del cielo.
Esto dijo Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá».
Miguel Caireta Serra